Aunque no pienses mucho en tu crítico interior, lo más probable es que hoy hayas hablado con él. O quizá te haya hablado a ti.
¿En el peor de los casos? Tu crítico interior parlotea tanto cada día que lo que dice ya casi ni lo notas. Puede que ni siquiera te des cuenta de que está ahí, pero sí de que te hace sentir mal. Y te has acostumbrado a sentirte así.
Pero, ¿y si pudieras entender y gestionar mejor a tu crítico interior? ¿Y si pudieras hacerte su amigo? ¿Mostrarle compasión? Es posible, pero primero tienes que aprender qué es tu crítico interior y cómo detectarlo. Empecemos por ahí.
¿Qué es un crítico interior?
Tu crítico interior es esencialmente un discurso negativo sobre ti mismo. Es esa voz dentro de tu cabeza que te juzga y te critica. Susurra recordatorios de todos los errores que has cometido y de las cosas que podrías haber hecho mejor. Te impone expectativas poco realistas y socava tus logros.
Son pensamientos como: "No tiene sentido hacer ejercicio hoy. Nunca me pareceré a la gente que veo en la tele. Debería irme a casa".
O: "Sólo conseguí el trabajo porque no encontraron a alguien mejor".
Duro, ¿eh? Eso es por diseño. "El objetivo del crítico interior es mantenernos estancados", dice la productora de contenido clínico de AbleTo, Sarah Dolling, LPC. "Sus críticas pueden conducir a la culpa, la vergüenza y la baja autoestima".
Para protegernos de estos sentimientos, podemos empezar a evitar los desencadenantes. Esto puede consistir en rendirnos ante una tarea difícil, no solicitar un nuevo trabajo o aislarnos. Pero este tipo de comportamientos son contraproducentes. "Al final, evitar nuestros desencadenantes puede hacernos sentir peor", dice Dolling.
Entonces, ¿por qué prestamos atención a nuestro crítico interior? A menudo escuchamos a nuestro crítico interior porque se parece mucho a nuestra conciencia, e incluso utiliza lo que percibimos como lógica para respaldar sus afirmaciones. Pero hay una diferencia entre nuestro crítico interior y nuestra conciencia.
"Nuestra conciencia nos señala cuando algo va en contra de nuestros valores morales", dice Dolling. "Nuestro crítico interior nos critica o degrada, esté o no justificada la crítica".
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Cómo detectar -y tratar- a su crítico interior
Todo el mundo tiene un crítico interior; no se puede evitar. Este tipo de pensamientos nos asaltan de vez en cuando, nos guste o no. Pero podemos empezar a darnos cuenta de ellos y cuestionar lo que nos dicen. He aquí cómo:
Identifica cómo te sientes
Experimentar una emoción difícil suele ser la forma más fácil de pillar in fraganti a tu crítico interior. Cuando empiezas a sentirte mal, es una pista de que has estado teniendo pensamientos poco útiles. Intenta ponerle nombre al sentimiento. ¿Es vergüenza? ¿Ansiedad? ¿entumecimiento? ¿Distracción? ¿Algo más?
Aprender a nombrar lo que sientes puede hacer que sea más fácil identificarlo (y afrontarlo) en el futuro. También ayuda a poner cierta distancia saludable entre tú y esa emoción, lo que puede ayudar a aflojar su agarre.
Haz balance de tu situación
¿Hiciste algo que desencadenó esos sentimientos? Empezar a comprender qué tipo de situaciones desencadenan tu crítica interior puede ayudarte a gestionarlas de forma proactiva en el futuro.
Observa tus pensamientos
Cuando te encontraste con esta situación, ¿qué pensamientos se te pasaron por la cabeza? Sé lo más concreto posible. Si fueron muchos, puede ser útil escribirlos.
Comprueba tus pensamientos
Que hayas tenido un pensamiento no significa que sea cierto. O útil. "Pregúntate si tus pensamientos son poco realistas o defectuosos de algún modo", sugiere Dolling. Quizá sean exagerados. O quizá estés prediciendo un futuro desconocido. Sé sincero contigo mismo. ¿Qué le dirías a un amigo si compartiera contigo estos pensamientos?
"Como el crítico interior suele protegernos de sentirnos vulnerables, también puede ser útil plantearse qué significaría que nuestros miedos se hicieran realidad", dice Dolling. "Simplemente reproduce la cinta".
Por ejemplo, supongamos que piensas: "No voy a terminar este proyecto a tiempo. Soy un empleado terrible". ¿Qué pasaría si tu proyecto llegara tarde? ¿De verdad te despedirían? ¿De verdad? ¿Y luego qué? ¿Nunca podrías encontrar otro trabajo? ¿Perderías tu casa? ¿Son probables estas cosas?
Haciendo este ejercicio, puedes empezar a encontrar fallos en tus pensamientos.
Reformula tus pensamientos
Una vez identificados los pensamientos que te hacen sentir mal, es hora de cambiarlos. Piensa cuál sería un encuadre más útil de la situación en cuestión.
Por ejemplo, digamos que piensas: "Hoy he sido muy mala con Sara. Soy una mala amiga por comentar los platos sucios que ha dejado en el fregadero". Podrías decir: "No debería haber dicho nada sobre los platos sucios de Sara. Tiene muchas cosas que hacer. Voy a llamarla para disculparme".
Esta reformulación elimina la vergüenza. También te da un plan de acción para corregir tu error.
Hable con su crítico interior
Nadie tiene el control absoluto sobre todos y cada uno de los pensamientos que le pasan por la cabeza. Hablar con tu crítico interior como si fuera otra persona puede ayudarte a descargar culpas y responsabilidades.
Intenta decir algo como: "Hola, crítico interior. Te agradezco que intentes ayudarme con este problema. Pero tu forma de expresarte es hiriente y poco útil. Te escucho. Ahora, por favor, da un paso atrás. Yo me encargo a partir de aquí".
O puedes intentar conectar tus pensamientos con tus valores fundamentales, llegando incluso a agradecer a tu crítico interior que te los haya hecho notar. Esto es lo que podría sonar: "Gracias, crítico interior, por recordarme lo mucho que me importa mi amiga Sarah. La llamaré para disculparme por lo que dije y hacerle saber que estoy aquí para ella".
Sea amable consigo mismo
Todo el mundo tiene un crítico interior. No eres el único que a veces se deja llevar por ella. Cuando empiece a aflorar, recurre a los consejos anteriores. Y recuerda: si sigues teniendo problemas, hay ayuda disponible. Considera la posibilidad de acudir a un ser querido de confianza o a un profesional de la salud mental. Tu autoestima merece la pena. Tú lo vales.
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Por Kaitlyn Pfiester
En su adolescencia, Kaitlyn Pfiester comenzó a escribir en el mundo de la ficción, sumergiéndose en la obra de J.R.R. Tolkien El Señor de los Anillos. Al llegar a la edad adulta, el mundo de la salud mental le abrió los ojos a un mundo herido. Con el tiempo (y meses de terapia), su pasión pasó de hornear pan de Lembas y hablar élfico a aprender más sobre el trauma y cómo afecta a la vida cotidiana. Ahora se dedica a arrojar luz sobre estas luchas a través de sus escritos. Puede ver más de su trabajo en su sitio web.
Revisado clínicamente por Hayley Quinn, PsyD, Directora de Experiencia Clínica de Producto en AbleTo.
Fotografía de Vergani Fotografia/iStock. Las personas que aparecen en las fotografías no representan a los participantes de AbleTo.
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